Samaipata
Samaipata, Bolivia
Este pueblo es la entrada a la región de los Valles Cruceños, los cuales se encuentran entre el Codo de los Andes y la Serranía de la Siberia y resguardando cuatro siglos de historia vitivinícola. Estas tierras han sido escenario del paso de chanés, incas, guaraníes y españoles. La llegada del español Ñuflo de Chaves en 1548, marca el inicio de una larga lucha entre los guaraníes que dominaban esta región y los españoles.
Tras la fundación de Santa Cruz de la Sierra en 1.561 se establecieron los primeros viñedos de la región en los alrededores de Santa Cruz de la Sierra “La Vieja”, en las faldas de las Serranías del Sutó. A medida que se iba consolidando la colonia española, se plantaron las primeras vides en los valles del extremo oriental de Los Andes.
En la década de 1,580 soldados cruceños liderados por Lorenzo Suarez de Figueroa conquistaron los territorios donde hoy esta Samaipata. Aproximadamente en 1.595 ya aparecían las primeras viñas de la región, como las de Oconí, perteneciente al Gobernador de Santa Cruz el español Gonzalo Solís de Holguín y su esposa la cruceña Mencía Saavedra y Sanabria. En el año 1.618 el español Pedro Escalante y Mendoza fundó el "Pueblo del Valle de la Purificación", Samaipata, que en quechua quiere decir "Descanso en las Alturas". Rápidamente surgieron importantes viñedos como los de la Orden de los Mercedarios en Tembladeras y los de familias de pioneros cruceños en Chilón.
El vino de los primeros viñedos de la región estaba destinado a las ricas ciudades mineras del Alto Perú y las parroquias del Obispado de Santa Cruz de la Sierra. Sin embargo, durante la república la producción vitivinícola se redujo a parrales familiares, algunos de mayor importancia que llegaron a producir hasta veinte mil litros al año. Rescatando esta tradición, Uvairenda es el renacer de la vitivinicultura de los Valles Cruceños. Como homenaje a los orígenes de su gente, el nombre del viñedo deriva de la palabra española "uva" y la guaraní "renda", que quiere decir lugar; por lo tanto, Uvairenda es el lugar de la uva. Es así como Samaipata se suma al tradicional valle vitivinícola de Tarija en la producción de vinos de altura y cuya calidad debe enorgullecer al pueblo boliviano.
CLIMA IDÓNEO
Los viñedos de Uvairenda, a una altitud superior a 1.750 msnm, gozan de un clima templado semiseco con una temperatura promedio anual de 16.9º C y una pluviosidad anual de 750 mm. A 18º 11’ de latitud sur y 63º 53’ de longitud oeste, nuestras viñas están en la frontera noreste de la larga franja de viñedos que cuelgan de la cuesta oriental de Los Andes desde La Patagonia hasta el Codo de Los Andes. Pese a estar a una latitud tropical, Samaipata tiene las estaciones más claramente marcadas que otros lugares a la misma latitud gracias a los surazos (fríos vientos provenientes de la Patagonia) que azotan el Chaco y la llanura cruceña durante los meses de invierno, y a los cálidos vientos del norte que dominan la llanura cruceña durante el verano. Este efecto, combinado con la altura, permite que los valles al sur de el Codo de los Andes, tengan la estacionalidad necesaria para el óptimo desarrollo de la vid.
Durante los meses más calurosos del verano la temperatura diurna suele llegar a los 28º C y durante las noches más frías del invierno la temperatura puede descender por debajo de 0º C. Esta estacionalidad permite que las plantas descansen en invierno perdiendo la totalidad de sus hojas y dedicándose a profundizar sus raíces, para despertar en la primavera, y con el tibio sol del verano y la brisa de la cuesta samaipateña madurar las deliciosas cepas de altura que hacen nuestros vinos.